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Huevo de Pascua
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El huevo de pascua es una tradición gastronómica de la fiesta de Pascua.

Huevos de Pascua en Chocolate

 


En el Judaísmo: El huevo de Pascua aparece en el Séder pascual, es decir, en la Cena de Pascua, como símbolo del corazón duro del Faraón, que no permitía salir al pueblo hebreo de Egipto.


En el Cristianismo: El huevo es figura de la Resurreción de Jesucristo, como el sepulcro sellado el sábado para abrirse con una nueva vida el domingo. En algunas comunidades católicas, como las del Camino Neocatecumenal es costumbre hacer una piñata en forma de huevo, que en su interior se encuentran dulces y/o juguetes que se regalan a los niños pertenecientes a dichas comunidades. Y que a veces contienen otros pequeños huevos que se decoran para su entrega a modo de tarjetas de Pascua, de manera análoga con las de Navidad.

Piñata huevo de Pascua

 

 

 

Piñata Easter Bunny


Orígen de la decoración del Huevo de Pascua: Aparece en la jarra de vino etrusca de Tragliatella (aprox. 700 a. C.), en el que aparecen el rey sagrado y su sucesor escapando de un laberinto. Del otro lado de este jarrón ilustra un desfile a pie en la dirección del sol, encabezada por el rey sagrado desarmado. Siete hombres le escoltan y cada uno de ellos lleva tres jabalinas y un gran escudo con el dibujo de un jabalí, y el sucesor armado con una lanza va a la retaguardia. El jabalí sería la insignia familiar del rey sucesor, y los siete hombres representaría los siete meses gobernados por el sucesor, que caen entre la cosecha de manzanas y la Pascua de Resurrección.

La escena tiene lugar el día de la muerte ritual del rey, y la diosa Luna (en este caso Pasífae) ha salido a su encuentro: una terrible figura con túnica y con un amenazante brazo en jarras. Con el otro brazo extendido le ofrece una manzana, que es su pasaporte para el Paraíso; las tres jabalinas que lleva cada hombre significan la muerte.

Sin embargo al rey le acompaña una pequeña figura femenina con túnica como la otra; quizá sea la princesa Ariadna (que ayudó al héroe Teseo a salir del laberinto mortal en Cnosos). El rey muestra audazmente, como un contrahechizo de la manzana, un huevo de pascua, el huevo de la resurrección. La pascua era la estación en que se realizaban las danzas «Ciudad de Troya» en los laberintos hechos sobre el césped (quizá como una coreografía) en Gran Bretaña prehistórica y también en Etruria.

En el frente de la jarra hay un dibujo laberíntico que se encuentra no sólo en ciertas monedas de Cnosos, sino también en los intrincados dibujos hechos en el césped y que hasta el siglo XIX pisaban los escolares británicos en la Pascua de Resurrección.

Huevo de Pascua arco iris

 

 

Huevo de Pascua con Gallinas pintadas

 

 

 

Huevos de Pascua pintados

Un huevo sagrado etrusco de traquita negra pulimentada, encontrado en Perusa (Italia), con una flecha en relieve a su alrededor, es este mismo huevo sagrado.

Entre los siglos IX al XVIII, la iglesia prohibió el consumo de huevos durante la cuaresma, por considerarlo equivalente a la carne, por lo que la gente los cocía y los pintaba para diferenciarlos de los frescos y poderlos consumir el día de Pascua de Resurrección.

Huevo de pascua pintado

Con el tiempo estas tradiciones fueron incorporadas a la festividad de Pascua de Resurrección y hoy en día el huevo de pascua es un símbolo universal. Para muchos, el huevo se asemeja a la resurrección como un símbolo de vida nueva.

En la actualidad, la tradición continúa con algunas variaciones. En Europa se mantiene la costumbre que data desde la Edad Media de adornar huevos con teñidos y pintados. Aunque parece que la práctica de huevos ornamentales era principalmente elaborada por clases altas o de recursos, se difundió a decoraciones más sencillas, como con el empleo de hojas de árbol para crear patrones sobre el cascarón. El comercio y la modernidad por su parte se ha encargado de incorporar los huevos de chocolate, y los huevos de plástico para ser llenos de dulces, y que según la leyenda son escondidos por el conejo de Pascua para que los niños los busquen, y por consiguiente,los encuentren y se los coman. En Argentina, se conserva la tradición de regalar huevos de Pascua decorados artesanalmente con glasé multicolor o bien en chocolate.